Cuando la diferencia de temperatura es demasiada importante, o cuando el sistema de calidad lo especifica, es necesario medir la viscosidad a temperatura de referencia. Uno se puede encontrar en el primer caso durante la fabricación de barnices, o en el segundo caso en la industria petrolífera. En este caso, se puede requerir a sistemas sofisticados llamados “analizadores”. El principio consiste en extraer continuamente del proceso un pequeño flujo de producto, llevarlo por recalentamiento o enfriamiento hasta la temperatura de referencia antes de realizar la medida de viscosidad.

Analizadores usando viscosímetros capilares, hundidos en baños de aceite o recintos a temperatura controlada, son históricamente utilizados en la industria petrolífera. Estos sistemas requieren operaciones de mantenimiento frecuentes y onerosas para mantener los tubos capilares sensibles al enmugrecimiento.

Los analizadores usando un viscosímetro vibrante son insensibles al fenómeno de atascamiento y permiten reducir considerablemente los costes de mantenimiento, probando una medida correlacionada a la norme ASTM D-445. En una versión más elaborada, estos analizadores miden las viscosidades a 100°C y a 40°C, permitiendo calcular el índice de viscosidad según la norme ASTM 2270-04. El índice de viscosidad cuantifica la influencia de la variación de temperatura sobre la variación de viscosidad, y es particularmente útil para los aceites lubrificantes y fluidos hidráulicos.